"Estamos en camino hacia eso, porque si la disensión de cualquier tipo es penalizada, amedrentada, perseguida de distintas formas, pues indudablemente que es una democracia formal", no en la práctica, subrayó monseñor Porras, arzobispo de Mérida.
En entrevista con la AFP, el prelado, quien asiste en Cuba a la XXXI Asamblea General del Consejo Episcopal Latinoamericano (CELAM), evaluó la situación en Venezuela y las relaciones entre la Iglesia y el gobierno, que, tras un año de distensión, volvieron a complicarse.
"A partir de las elecciones de diciembre último se ha acelerado el proceso revolucionario, donde la intransigencia y la aplanadora del gobierno se está haciendo sentir. Hay un secuestro de todos los poderes públicos por parte del Ejecutivo. No existe sino un único poder", dijo.
En Venezuela "toda institución o persona que no esté cuadrada con el proceso revolucionario es considerado un enemigo", subrayó el obispo, designado primer vicepresidente del CELAM en la elección del órgano realizada el martes en La Habana.
Más ácido: El Nacional
El está caído... resistencia
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