Las cartas, escritas desde un lugar de la selva “una mañana lluviosa como mi alma”, en una fecha no especificada, muestran la desesperanza que se ha apoderado de Betancourt, que según los rehenes liberados sufre de varias enfermedades y es víctima de maltratos por parte de la guerrilla colombiana.
“Ponte en paz contigo mismo, ponte en paz conmigo”, le escribe la política a su esposo, Juan Carlos Leconte, y confiesa que “estoy cansada de sufrir, de llevarlo por dentro todos los días, de decirme mentiras a mí misma y de ver que cada día es igual al infierno del anterior”.
Por ese motivo, concluye: “Siento que la vida de mis niños está en stand-by, esperando a que yo salga y su sufrimiento diario hace que la muerte me parezca una opción dulce“.
Leconte ha asegurado a Noticias Cuatro que confía todavía en el reencuentro y asegura que su amor sigue vivo como demuestra una línea de esas cartas: “Yo te amo como aquella noche estrellada en la Polinesia” (durante su luna de miel).
Que las frac desaparezca de la faz de la tierra...que mas se puede desear después de leer estar cortas líneas?
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