Esta es la historia de miles de Venezolanos...unos nacidos en Venezuela ,otros nacidos en el alma de ella... No se que tiene que pasar, no que cuantas cosas terribles tienen que suceder, no se que quiere el gobierno de la gente (buena y no tan buena), no se que esperan los padres de sus hijos, no se que esperan los "maestros de hoy en día de sus alumnos, lo que si se ,es que agradezco a la vida todos los días por haberme dado la oportunidad de levantar a mis hijas en un país donde si mueres es por muerte natural y no por un animal que te quita la vida por que no tiene ninguna clase de valores... el ser humano ya no es NADA en Venezuela,es lamentable, que la gente caiga día a a día en las calles y avenidas de las ciudades y e régimen insista en decir que es solo una sensación...que vaina he de imaginarme que los amigos de este muchacho y los padres tiene la sensación de que alguien falta en casa, con todo mi respeto mi sentido pesame... a todas las famlias que estan de luto en un país totalmente al revés...
El ingeniero en sistemas Olindo Julio Agostino De Ciccio (26), fue asesinado en San Bernardino, por unos delincuentes que intentaron despojarlo del carro que conducía, un Toyota Corolla año 96, propiedad de su abuelo.
Vivía en Colinas de Bello Monte, y el jueves salió con unos amigos. A la una de la madrugada le dio la cola a un amigo que andaba con su novia y fue a dejarlos cerca de la entrada de Galipán.
“Yo le dije, cuídate que la calle no es segura. Me respondió, no papá, yo voy para el CCCT. Luego fue a San Bernardino y me lo mataron. Aquí es difícil que se haga justicia”, dijo el constructor italiano Olindo De Ciccio, cuando esperaba los restos en la morgue de Bello Monte.
Al constructor lo acompañaban varios amigos, le daban apoyo, lo abrazaban y lloraban con él. Constantemente recibía llamadas a su celular, de personas que le manifestaban su solidaridad.
“Yo estoy aquí esperando y su madre está en la casa, llorando igual que yo. Era la única razón para quedarme aquí, ahora ya no tengo que quedarme. Hace años le dije para irnos y me contestó ‘este es mi país, tengo que quedarme y luchar por él”.
El joven se graduó en la Universidad Central de Venezuela hace cuatro años, en la especialidad de redes. Recibió dos disparos, uno de ellos de ejecución, en una oreja.
Cuando el señor De Ciccio llegó de Nápoles, hace 36 años “me enamoré de este paraíso terrenal. No había país más lindo que éste, pero ya no es un país, es un infierno.
Aquí llegó soltero, se dedicó a la construcción, se casó y nació su hijo, unigénito, “por el que luché tanto”.
El constructor ha sido víctima del hampa en seis oportunidades, siempre para robarle la nómina de pago de sus trabajadores. Tenía una constructora, pero “este gobierno me la quitó y ahora vivo pensionado”.
En dos oportunidades lo asaltaron a punta de pistola, una vez le dispararon “pero me salvé”. Otro día lo dejaron atado y amordazado en el sótano de una quinta que estaba construyendo en La Lagunita, y permaneció seis horas inmóvil.
“Este es el drama de vivir en un país donde no se enseña respeto por el ser humano, se habla de tanta cosa, discursos políticos que no sirven de nada, esta es la realidad”.
El vehículo Toyota fue hallado, chocado, y lo remolcaron al Cicpc de Simón Rodríguez, para someterlo a experticias.
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