martes, 28 de julio de 2009

Suecia confirma que armas incautadas a las FARC fueron vendidas a Venezuela

El Gobierno de Suecia confirmó este martes a medios colombianos que varias armas producidas en ese país e incautadas recientemente a la guerrilla colombiana de las FARC fueron vendidas a Venezuela a finales de la década de los ochenta.

"Pudimos confirmarlo a través de los números de los seriales, en cooperación con el Gobierno de Colombia", explicó a la emisora "La W" el ministro sueco de Comercio, Jens Ericsson.

El ministro agregó que las armas corresponden a un lote "vendido hace 20 años".

También habló a emisoras colombianas el director general del Órgano de Inspección de Productos Estratégicos de ese país, encargado de supervisar las exportaciones de armas, Jan-Erik Lövgren.

Ambos coincidieron en que los seriales de los lanzacohetes decomisados a las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), facilitados por el Gobierno colombiano, corresponden a armamento que Suecia vendió a Venezuela a finales de los ochenta.

Con esos números "fue posible rastrear los envíos hechos a finales de los ochenta a Venezuela", dijo Lövgren.

En declaraciones a RCN Radio, Lövgren calificó de "muy grave" que esas armas hayan caído en manos de grupos irregulares y por eso el Gobierno sueco ha iniciado una investigación al respecto.

Por su parte, el ministro Ericsson indicó que todavía no han recibido respuesta oficial de Venezuela a sus peticiones de información sobre el asunto.

El presidente colombiano, Álvaro Uribe, señaló el pasado fin de semana que su Gobierno ha verificado que "grupos terroristas han adquirido lanzacohetes de marca en los mercados internacionales" y que ante ello se ha quejado "a través de los canales diplomáticos ante los respectivos países", a los que no citó.

Venezuela, a través de su ministro del Interior, Tarek El Aissami, afirmó el lunes que todas esas informaciones forman parte de un "nuevo show mediático".

Además, el canciller venezolano, Nicolás Maduro, aseveró que esa "campaña" contra Venezuela busca "justificar lo injustificable".

Lo "injustificable", dijo Maduro, "es la intención de instalar cuatro bases militares, concesión de territorio suramericano colombiano a tropas estadounidenses, con inmunidad (...) para traer armamento de guerra del más sofisticado y peligroso (...) a esta Suramérica en paz".

El presidente venezolano, Hugo Chávez, anunció la semana pasada una revisión integral de las relaciones con la vecina Colombia en protesta por el acuerdo que el Gobierno de Uribe negocia con el de Barack Obama para permitir el uso de sus bases militares por parte de Estados Unidos.

lunes, 13 de julio de 2009

Chávez restringe compras de “libros de derecha”

Existen al menos tres librerías en el aeropuerto de Caracas, pero si estás en busca de un escritor consagrado de la literatura latinoamericana para pasar el tiempo antes del embarque, el visitante saldrá frustrado por no conseguir ninguno de ellos. ¿El colombiano Gabriel García Márquez? “No.” ¿El mexicano Carlos Fuentes o el argentino Julio Cortázar? “No”. ¿El peruano Mario Vargas Llosa? “De ninguna manera, sólo tengo éstos aquí”, dice la vendedora, desconcertada, apuntando a un estante casi vacío que comienza con “Cocina para Niños” y termina en una serie de análisis sobre el socialismo del Presidente Hugo Chávez.

En el corazón de la capital venezolana o en las urbanizaciones de clase media la situación es la misma. “Las autoridades no están liberando los dólares para la importación de libros, papel o tinta. Y ahora adelantan a decir que el problema es la crisis, porque sabemos que hay una cuestión ideológica detrás de eso: para el gobierno, la literatura ‘no comprometida’ no es una prioridad “, dice Andrés Boersner, propietario de la librería tradicional Noctua.

También faltan muchos libros clásicos, técnicos y universitarios. “Hoy en día, de 50 títulos que me preguntan, no tengo 45,” dice Boersner. “Me deprimí al entrar en una librería en Barcelona y ver que las últimas obras literarias no vienen más a Venezuela”.

Lo curioso es que la situación llegó a este punto sólo tres meses después de que Chávez anunció su “Plan de Lectura Revolucionaria”, cuyo objetivo es “animar a la lectura para ampliar el conocimiento”. Pero los que está claro es que no cualquier lectura. Sólo la lectura para “desarrollar una ética socialista” y “desmantelar el imaginario capitalista para darle un nuevo contexto a la historia.”

Las bibliotecas públicas recibieron cajas y cajas de libros “revolucionarios”: colecciones de discursos de Chávez, los libros escritos por los ministros, las cartas de Marx a Engels, el diario del Che Guevara en Bolivia y biografías de Simón Bolívar. Se están organizando en los barrios pobres de la “Escuadrones Revolucionarios de Lectura”, cuyo objetivo es “reflexionar y contribuir a la construcción del socialismo del siglo 21.”

Y aunque los editores privados no están en condiciones de importar papel, tinta y repuestos para su maquinaria, el gobierno las editoriales vinculadas al gobierno distribuyen miles de libros a precios que no pasan de los US$2. Una vez más, no son cualquier libro. Algunos sí, algunos clásicos como Don Quijote de la Mancha, de Miguel de Cervantes, pero la mayoría es lo que las autoridades definen como “los libros de la izquierda.”

Ideales socialistas

“Hemos recuperado obras que fueron olvidados, porque antes sólo había espacio para la literatura de derecha”, dijo a O Estado Miguel Márquez, presidente de la editora Los Perros y las Ranas, relacionada con el gobierno. Fue creada en 2006 para recibir una donación de Cuba, y ha distribuido 50 millones de libros. “Estos son libros que ayudan a humanizar nuestra sociedad, es decir, a poner fin a la valorización del dinero, típico del capitalismo, el socialismo y la unidad.”

Mientras tanto, las obras “no revolucionarias” son cada vez más raras. “Tradicionalmente, más del 80% de libros leídos en Venezuela son importados de países como México y España, pero ahora vienen goteadas,” dice Yolanda de Fernández, de la Cámara Venezolana del Libro. Ella explica que desde 2008, el gobierno comenzó a exigir un “certificado de no producción o producción insuficiente” para la importación de libros. Es decir, la red que quiera comprar hoy en día cualquier título tiene que esperar la emisión de un documento que dice que no se ha publicado en Venezuela.

Si el proceso ya era complicado en los últimos meses, con la caída del petróleo presionando las reservas de Chávez, se ha vuelto aún más lento. “Incluso con el certificado, los dólares para importar libros simplemente no se han liberado”, dice Yolanda. Como el límite de compras en el exterior es cada vez más pequeño, los distribuidores prefieren, cuando pueden, comprar los más vendidos (“best sellers”, como los del brasilero Paulo Coelho), lo que reduce aún más la variedad de títulos en circulación en el país.

El resultado de este proceso es que lo que la oposición llama “la revolución cultural del presidente Chávez.”

“Las autoridades de este gobierno no quieren entender, después de todo, para qué sirve un libro de poesía o un Dostoievski”, dice Boersner. “Ellos sólo saben que no añaden mucho a su revolución”.

FARC compran 20 misiles antiaéreos rusos en Venezuela

ND (12/07/09-11:54am).- Se tenía como un secreto de Estado en Colombia. Una altísima fuente del gobierno de ese país confirmó a El Tiempo que las Farc habrían adquirido al menos 20 misiles para defensa tierra-aire del tipo IGLA-S24. Dichos misiles son la última generación desarrollada por la industria militar rusa capaces de impactar a un avión a 6 kilómetros de altura.

El gobierno colombiano ha alertado a los pilotos de la Fuerza Aérea Colombiana. "En los últimos años hemos lidiado con los rockets (RPG). Muchas veces los hemos visto pasar, como un fogonazo, por el lado de los helicópteros, pero un misil es otra cosa y de eso ya estamos notificados", señala un piloto militar.

La fuente informó que algunos de esos misiles habrían sido adquiridos en Venezuela.

Lea la nota en El Tiempo de Colombia:

El tema se ha manejado como secreto de Estado. Pasó de ser un rumor que circulaba desde mediados del 2007 a convertirse en una alerta concreta entre organismos de inteligencia y seguridad del país.

Fuentes de altísima responsabilidad en el Gobierno colombiano le confirmaron a EL TIEMPO que hay información confiable que señala que esa guerrilla concretó un negocio para adquirir sofisticados lanzacohetes tierra-aire rusos a través de contactos ubicados en territorio de Venezuela.

Este diario conoció los últimos reportes de un grupo especial de Inteligencia que desde el año 2000 tiene la misión de seguir los movimientos que ha hecho esa guerrilla para revertir la desventaja estratégica en la que quedó cuando las Fuerzas Militares completaron sus flotillas de helicópteros y aviones.

En diciembre pasado, ese grupo estableció que tres representantes de las Farc en el exterior empezaron a manejar información de los misiles IGLA-S24, última generación del armamento tierra-aire desarrollado por la industria militar rusa. Varias agencias extranjeras de inteligencia también manejan versiones en el mismo sentido.

Al frente de los contactos estuvo, según los mismos reportes, 'Iván Márquez', integrante del secretariado de las Farc, y del que el propio presidente Álvaro Uribe ha dicho que está en el exterior.

Hasta ahora no se tiene confirmación de que ese material haya entrado a territorio colombiano. Lo cierto es que la potencial amenaza ya fue notificada a los pilotos de la Fuerza Aérea y de la Aviación del Ejército que están asignados a tres zonas del país donde se concentran las mayores operaciones contra las Farc y donde están refugiados al menos tres jefes del secretariado.

"En los últimos años hemos lidiado con los rockets (RPG). Muchas veces los hemos visto pasar, como un fogonazo, por el lado de los helicópteros, pero un misil es otra cosa y de eso ya estamos notificados", señala un piloto militar.

Reuniones en Palacio
Una de las fuentes confirmó que las Farc, a través de 'Márquez', estaban detrás de al menos 20 de esos misiles, cuya velocidad supera de lejos la de los aviones y helicópteros militares que cambiaron el curso del conflicto.

El tema es tan delicado que ya ha ameritado dos reuniones entre el alto Gobierno y la cúpula militar. Se han analizado varios escenarios: desde la búsqueda de nuevas tecnologías capaces de conjurar la amenaza, hasta rastrear los seriales de los misiles que estarían en manos de la guerrilla, para determinar quién los compró.

Una fuente de la Casa de Nariño reveló que el asunto estuvo en la agenda del presidente Uribe durante su última visita oficial a Venezuela, en abril pasado. Agregó que el gobierno del presidente Hugo Chávez se comprometió a hacer averiguaciones al respecto.

¿De dónde salieron los misiles?
La intención de las Farc de conseguir misiles tierra-aire está documentada en extenso en los computadores de 'Raúl Reyes' y es ampliamente conocida en el mercado negro de armamento en todo el mundo.

Tanto así que el famoso 'Mercader de la Muerte', Víctor Bout -capturado en Tailandia el año pasado en una operación encubierta de la DEA que usó a la guerrilla colombiana como señuelo- ofreció vender entre 700 y 800 lanzacohetes.

"El 26 de enero del 2008, durante una reunión en Rumania (...) se informó que Bout tenía 100 misiles IGLA disponibles inmediatamente", se lee en el expediente contra el traficante ruso, al que E.U. pide en extradición.

En promedio, cada lanzacohetes se negociaría por unos 100 mil dólares. En Colombia y en E.U. hay preocupación por el control sobre un lote de misiles de ese tipo que Venezuela le compró recientemente a Rusia para armar su Unidad Antiaérea de Combate a Pie. Es la misma que exhibió 50 cohetes IGLA en el desfile militar del pasado 19 de abril, día de la independencia venezolana.

"Los lanzamisiles antiaéreos portátiles que Venezuela le ha comprado a Rusia son sistemas muy modernos. Es importante que se controlen debidamente para que no terminen en otras manos", dijo en ese momento Sara Mangiaracina, portavoz del Departamento de Estado, citada por el diario The Miami Herald.

No es la primera vez que la inteligencia colombiana rastrea este tipo de operaciones de la guerrilla. Una situación similar se vivió a mediados del 2000, cuando altos oficiales del Ejército viajaron por varios países de Europa, América y África tras el rastro de traficantes que le iban a vender a las Farc un lote de misiles Sam-7.

E.U. cazó a los 2 traficantes más grandes con guerrilla como anzuelo
Hace dos semanas, una corte federal de Estados Unidos condenó a 25 años de prisión a Tareq Mousa al Ghazi, un libanés de 62 años acusado de intentar vender "millones de dólares en armamento" a las Farc.

Mousa al Ghazi era, según la justicia estadounidense, uno de los contactos de Monzer al Kassar, un traficante de armas sirio que desde los años 80 era considerado como uno de los enemigos públicos más importantes de Estados Unidos y que por años logró eludir la persecución de Washington.

Eso fue así hasta el 2007, cuando al Kassar fue detenido en su mansión de Marbella (España) por intentar venderles fusiles AK-47 y misiles a las Farc.

El sirio cayó en una trampa montada por la DEA y otras agencias de inteligencia de E.U. Ellas infiltraron agentes que lo contactaron como supuestos representantes de la guerrilla y lo convencieron de que querían negociar el arsenal. Incluso depositaron miles de dólares en sus cuentas y en el expediente aparece detallada la lista del armamento (con instrucciones sobre el lanzamisiles Strella) y cartas falsas de la Policía de Nicaragua que supuestamente iban a ser la fachada legal del negocio. España lo extraditó a Estados Unidos y allí lo condenaron a 30 años de prisión.

El mismo anzuelo lo mordió hace un año Víctor Bout, el ex KGB cuyos negocios con armas inspiraron el libro El Mercader de la Muerte, que terminó en película de Hollywood.

Bout, que está en plena batalla legal para evitar su extradición a E.U., fue contactado por agentes encubiertos que le pidieron (como a al Kassar) misiles para derribar los helicópteros usados en la lucha antinarcóticos en Colombia.

Ofreció entregar entre 700 y 800 en marzo del 2008, entre ellos 100 IGLA que, dijo, tenía disponibles de inmediato.

La búsqueda de los cohetes que llegaron de Centroamérica
En noviembre de 1999, la inteligencia colombiana tenía la plena confirmación de las transacciones que el 'Negro Acacio', jefe del frente 16 de las Farc, había hecho con los hermanos peruanos Luis y Frank Aybar Cancho, para la compra de 10 mil fusiles AK-47.

Por esa misma época, el contacto que entregó los detalles de la transacción habló de otra compra en curso: un lote de misiles Sam-7 que había quedado de la guerra en Nicaragua. "La información fue tan exacta que planteamos la posibilidad de buscar a los contactos de las Farc en Europa. Se designó un grupo y empezó el seguimiento", dice una fuente militar.

Así nació 'Hielo Azul', una de las más grandes operaciones de inteligencia encubiertas, hecha por militares colombianos y de la que hasta hoy no se tenía noticia. Dos oficiales viajaron al Reino Unido y, con el apoyo de la inteligencia británica, ubicaron a un sirio encargado de contactar a los vendedores.

"Tuvimos que ir hasta Europa y Suráfrica para saber que la transacción se cerraría en Centroamérica y la entrega se haría en Panamá, para que los misiles entraran por el Pacífico colombiano y de ahí a la zona de distensión", señala uno de los oficiales que hicieron parte del equipo.

Los militares colombianos lograron penetrar la red, pero seguir adelante costaba 800 mil libras esterlinas de la época, valor que en su momento altos funcionarios consideraron demasiado elevado. La operación se abortó y, según altos mandos retirados, los misiles se compraron y entraron a Colombia, pero quedaron inutilizados porque las Farc no hallaron cómo mantenerlos refrigerados, una condición básica para ese tipo de armamento. "La humedad de la selva los dañó y perdieron la plata", agregó una fuente.

"Cuando se creó la Fuerza de Tarea Omega y se lanzó la campaña militar 'JM', con el Plan Patriota, había tres objetivos principales: capturar o dar de baja a los integrantes del secretariado de las Farc, hallar sus estructuras en medio de la selva, incluidas las cuevas que se encontraron este año, y los Sam 7", agrega otro oficial.

Esa tarea no ha concluido. A pesar de que en Meta, Caquetá y Guaviare, la Fudra ha encontrado gigantescos arsenales que incluyen granadas hechizas y RPG (rockets) capaces de derribar un helicóptero, hasta ahora no se ha dado con el rastro de los misiles de las Farc.