viernes, 22 de junio de 2007

General Usón

RÉQUIEM POR LA PROMOCIÓN "GREGORIO MAC GREGOR"

"Una nación de guerreros y fanáticos marchando en bloque hacia adelante en perfecta unidad, pensando todos los mismos pensamientos y repitiendo juntos los mismos lemas"

George Orwell
1984



En unos pocos días, Ustedes, los que aun se mantienen como miembros activos de la Promoción Gregorio Mc. Gregor habrán llegado al fin de su servicio, y la promoción como un todo se convertirá en un grupo de oficiales retirados, grupo que cada día pasará más al olvido, y que irá disminuyendo con los años producto de la inexorabilidad de la muerte física, hasta que desaparezca definitivamente.



Sin embargo, si bien esa eventual desaparición física es inevitable no es inmediata, a menos que una muerte mucho peor, la de la condena al repudio de las generaciones futuras ya les haya ocurrido a algunos de ustedes. La muerte a la que me refiero llega no como un hecho natural, sino como producto del suicidio espiritual; es la muerte de la ética y de la dignidad personales.

¿Quienes han sido ya esos suicidas? Son aquellos cuyas propias conciencias, en la oscuridad de las noche de insomnio, y en los largos días del retiro, se convierten en las implacables jueces, en las torturadoras y verdugos, que los atormentarán y les marcarán la existencia el resto de sus vidas.
Si bien sería una temeridad nombrar a todos los potenciales suicidas, más cuando entre los cuales alguien podría decir que yo estoy incluido, si puedo identificar a tres prominentes generales de división, que por ser miembros del Alto Mando Militar, les corresponde la ineludible responsabilidad de explicar y dar cuentas por lo que ha pasado con las Fuerzas Armadas en los últimos años, y lo que como consecuencia de sus acciones u omisiones pudiera ocurrir.

Sin duda alguna me refiero a ti, Pedro Antonio Azuaje Apitz, a ti Carlos Enrique Acosta Pérez y a ti Wilfredo Ramón Silva, pudiendo además incluirse todo un séquito de compañeros generales que al igual que ustedes, no han hecho otra cosa que ser los cómplices de la destrucción institucional de la que han sido víctimas las Armas de la República en general, y el Ejército Venezolano, otrora "Forjador de Libertades" en particular.

Mas ácido:ND

1 comentario:

El Trimardito dijo...

Esa carta es la mismisima realidad del país, además que muestra la valentía y la conciencia de este hombre.

Saludos!!